SEÑOR COBRANZA
Se acercan las elecciones. A pesar que no anularé mi voto y seguiré participando en el juego democrático, siento vergüenza por la clase política chilena. Ver fotografías de Garretón en su lujosa oficina de director de Iansa me da asco. Entiendo que el muro cayó hace rato y que el hombre debe ser capaz de entonarse a los nuevos tiempos, pero las vueltas de carnero de gran parte de los barones progresistas son realmente surrealistas. Ahora comparten en elegantes recepciones con los mismos que antes los persiguieron e hicieron mil atrocidades impunemente. El perdón, palabra que les queda grande a esta manga de sinvergüenzas, es un cartón plegable, una publicidad estática que se saca con la facilidad con que uno se despoja de los calzoncillos al llegar a casa. Si no tuvieran la dieta parlamentaria, si vivieran en una población callampa como la gente humilde que creyó en ellos cuando se paseaban con el puño en alto, no podrían vivir debido al odio. Ahora se pelean el cariño de Bachelet, la obesa y consultiva muñeca que les dará teta durante cuatro años.
Me da risa cuando se habla de la madurez del sistema político chileno. Una mierda. ¿Qué pasaría si ganara Piñera? Todos hablan de sus cualidades empresariales. Destacan que votó por el “No” en el plebiscito del 88’, ignorando que al año siguiente participó activamente en la campaña de Büchi. Si venciera Piñera, se vería obligado a gobernar con la UDI, cuyos miembros están marcados por el silencio frente al atropello a los derechos humanos y las oscuras privatizaciones de las empresas estatales. Con la derecha en La Moneda, nadie detendría a la Triple Alianza, conformada por la Iglesia, el empresariado y los militares. ¿Quién fiscalizaría? ¿El Mercurio, La Tercera? Hablar de Lavín es una pérdida de tiempo. Se ha transformado en una caricatura de sí mismo. Para el 99’, leí esa basura de la “Revolución Silenciosa” y con eso me di cuenta que la escuela de Chicago no garantiza nada. Milton Friedman jamás hubiese pensado que los computadores Atari entregados por Pinochet en las escuelas numeradas cambiarían nuestra educación. Ese libraco representaba el respaldo intelectual de la “gran” obra militar. Nada raro dentro de la cultura de la basura que imperaba en aquel tiempo.
¿Juntos Podemos? Si bien respeto a intelectuales de la talla de Moullian, la mayoría de sus miembros, sobre todo los comunistas de base, parecen seres trasnochados. El gran problema del PC, algo que se puede atribuir a la hoy inmaculada Gladys Marín, es su apego a un discurso stalinista. Las purgas nunca existieron y Cuba, al igual que las desaparecidas RDA o URSS, es el paraíso.
Contra todos, no anularé.
Me da risa cuando se habla de la madurez del sistema político chileno. Una mierda. ¿Qué pasaría si ganara Piñera? Todos hablan de sus cualidades empresariales. Destacan que votó por el “No” en el plebiscito del 88’, ignorando que al año siguiente participó activamente en la campaña de Büchi. Si venciera Piñera, se vería obligado a gobernar con la UDI, cuyos miembros están marcados por el silencio frente al atropello a los derechos humanos y las oscuras privatizaciones de las empresas estatales. Con la derecha en La Moneda, nadie detendría a la Triple Alianza, conformada por la Iglesia, el empresariado y los militares. ¿Quién fiscalizaría? ¿El Mercurio, La Tercera? Hablar de Lavín es una pérdida de tiempo. Se ha transformado en una caricatura de sí mismo. Para el 99’, leí esa basura de la “Revolución Silenciosa” y con eso me di cuenta que la escuela de Chicago no garantiza nada. Milton Friedman jamás hubiese pensado que los computadores Atari entregados por Pinochet en las escuelas numeradas cambiarían nuestra educación. Ese libraco representaba el respaldo intelectual de la “gran” obra militar. Nada raro dentro de la cultura de la basura que imperaba en aquel tiempo.
¿Juntos Podemos? Si bien respeto a intelectuales de la talla de Moullian, la mayoría de sus miembros, sobre todo los comunistas de base, parecen seres trasnochados. El gran problema del PC, algo que se puede atribuir a la hoy inmaculada Gladys Marín, es su apego a un discurso stalinista. Las purgas nunca existieron y Cuba, al igual que las desaparecidas RDA o URSS, es el paraíso.
Contra todos, no anularé.