viernes, octubre 20, 2006

Charly Garcia- ME TIRÉ POR VOS

jueves, octubre 19, 2006

20 AÑOS



1986. León me invitó a su casa a jugar Atari. No importaba esperar los 400 números del counter de la casetera con tal de pelear en el Karate Champion. Romper las maderas con Sydney de fondo. Mientras no desafinaran los pitos y el signo de exclamación al fondo de la pantalla celeste se mantuviera incólume, la espera no era nada del otro mundo. Era un justo precio, a pesar de la ansiedad. Jaime, el hermano mayor de León, que ya a los 15 años había pasado por varios colegios, tenía un equipo de música espectacular en su pieza. Además tenía unos audífonos gruesos, como los que usaba Pedro Carcuro en las transmisiones futboleras. Aprovechando que León conversaba con su mamá, una vieja que con los años resultó ser una estafadora, entré silenciosamente a la pieza de Jaime, asumiendo el riesgo de que, si me encontraba allí, me volaría el culo a patadas. Había escuchado que iría a ver al Everton, por lo que prendí la radio con relativa tranquilidad. Sobre el aparato había un casette con dos sonrientes tipos sentados en un carro de metro. Atrás de ellos iba uno de pie y con la mirada perdida. Pateando Piedras. Los Prisioneros. Retrocedí el lado A y me acosté con los audífonos puestos, bien piola para que nadie se diera cuenta de la presencia del intruso. Escuché Muevan las Industrias. A los 9 años empezaba a entender, dentro de mis posibilidades, que el mundo no era tan lindo como lo pintaban. También comencé a entender la rebeldía de Jaime. Volví a mi casa, sin jugar Atari, imitando los ladridos de los perros de la tercera canción.

martes, octubre 17, 2006

Sympathy for the Devil (Rock & Roll Circus)

Hace unos días vi tres veces seguidas el circo de los Rollings Stones en DVD. Mucha cerveza y marihuana. No había necesidad de consultar por la repetición el disco. Dale, otra vez. Nos fijamos hasta en las caras del público. Aparecen algunos tipos muy locos, perdidos en la estratósfera. Asistir a un encuentro tan íntimo con los Stones, Lennon y los Dirty Mac (Clapton incluido) y The Who ya era per se algo alucinante. ¿Habrán tenido conciencia del evento irrepetible en el que participarían? Quizás. El Rock and Roll Circus supera todas esas cruzadas mercantilistas del Live 8.
Jagger es insuperable. Su energía, dominio y desplante marca un hito en el oficio del front man. Jagger lo convirtió en arte. Por eso escogí Sympathy for the Devil para compartir con quienes caigan en este cuchitril.